En el país de los ciegos...

Una de las míticas frases del profeta Cruyff es aquella que sentencia que el menos malo puede ser el mejor, pero que eso no evita sus grandes defectos. Y así es como se pueden resumir, a mi parecer, esta liga y la anterior: “En el país de los ciegos, el tuerto es el rey…pero sigue siendo tuerto”.

Quizás este sea un mal de muchos, consuelo de tontos, pero creo que nadie puede negar que ante unas de las dos peores ligas de toda la historia del fútbol español, decir que el Madrid ha ganado sólo la liga por méritos propios es pura falacia. Los blancos, primero con Capello y luego con Schuster, nunca han mostrado el juego convincente de un verdadero campeón. Su fútbol, simplemente, se ha nutrido de fe y pegada. Algo que no es criticable, claro, pero que tampoco es la justa receta que se espera del bicampeón del mejor campeonato del mundo. El Madrid, ha sido, no lo duden, el tuerto en estos dos años de ocaso futbolístico en nuestra liga.

Y el resto, en especial el Barça, los ciegos. Ciegos de fútbol, de fe, de pegada, de ganas. Los del Rijkaard han pecado de todo teniendo las mejores plantillas de la historia. No han querido ganar dos campeonatos que tenían ganados. Han sido vencedores antes de hora y han terminado siendo los vencidos. Es por eso que no puedo concebir estas dos ligas blancas, sin pensar que el Barça ha puesto un granito de arena en ambas.

Dos ligas que tienen que hacer reflexionar, y mucho, a unos y a otros. A tuertos y a ciegos. A los primero porque deben saber que en condiciones normales no hubieran alzado estos dos títulos. A los segundos porque deben volver a reconocer sus defectos para intentar ser de nuevo los reyes. Los reyes de un mundo en el que no haya ciegos ni tuertos. Los campeones de una liga en la que el fútbol brille de nuevo.

publicado también en Debate21