"Si en Anfield pones una mierda pinchada en un palo..."

Valdano dixit. ¡Qué razón tiene, cuánta! Quizás Anfield sea la catedral del fútbol, donde el misticismo se materializa en un estadio. Pero, ¿por qué? No por el fútbol de sus jugadores, sino por la pasión que ponen tanto éstos como su afición. Ganas sobran, calidad destaca por su ausencia. Es un estilo de juego acorde con cómo se vive este deporte allí. En España se juega con la cabeza, la afición es fría. Allí, se juega con el corazón, la afición enloquece…es capaz de hacerte sentir su calor desde el sofá de casa.

No se trata de ser mejores o peores. Pero tampoco de vender la moto a nadie. Valdano ha dicho una realidad como un templo, pero quizás le han perdido las formas. Me alegro de su comentario en todo caso, después de que radio, televisión y prensa dijeran que el fútbol anglosajón es tan superior al nuestro. En cuanto a afición se refiere, de acuerdo; pero si hablamos de fútbol de verdad, el nuestro se lleva la palma.

En España nunca viviremos este deporte como allí, no por falta de cervezas, sino porque aquí, como he dicho antes, la apuesta por cuidar el balón y evitar el choque físico provoca que los hinchas puedan disfrutar sentados en su asiento sin apenas levantarse. Aquí, la religión se lleva por dentro; allí la expresan en cada pelotazo, cada golpe, cada córner. Podríamos sintetizarlo es una sencilla frase: aquí los aficionados disfrutan del fútbol en sí, en Inglaterra (léase otras ligas europeas) gozan del espectáculo (ambiente, cánticos…), aunque sea poco el fútbol que reluce.

¿Fair play? Otro tema que debería tratarse en un solo post, pero me gustaría ofrecer un adelanto: allí ya puedes romper tres piernas que no pasa nada, ahora, tírate a la piscina y serás silbado hasta por tu afición. Sin duda, creo que hay un concepto equívoco del juego limpio.