Donde el fútbol es épica y misticismo

Llegas a Glasgow y, bajo un cielo tan gris como histórico, buscas cualquier transporte que te lleve al centro de la ciudad. Se te acerca un británico con la bufanda del Celtic. Se ríe y te dice que le sigas, que él te llevará al lugar que estás buscando. No estás muy seguro de ese supporter y llegas a poner en duda si habla con total conocimiento o bajo los efectos del alcohol. Poco a poco te va hablando y tú le vas entendiendo. De golpe, te sorprende con un pin de tres tréboles y te explica que él es irlandés y que viene cada semana a ver a su equipo a Glasgow. En ese momento empiezas a entender por qué este club está envuelto de un misticismo especial. Dice llamarse Pablo nuestro improvisado guía y nos cuenta que un cura católico e irlandés decidió fundar un equipo en Glasgow, de ahí la tradición irlandesa del equipo de los cuatro tréboles.

Llegas a la estación central de la ciudad y te dispones a despedirle, pero no. Te pide que le sigas y, de repente, te invita a entrar en un pub típico británico. Allí él es conocido, está como en casa, pero empiezas a no entender nada cuando se dispone a pagar las cervezas que ha pedido para él y para nosotros. Entonces, recuerdas que en el autobús te había comentado que es tradición del fútbol escocés invitar al rival, obsequiarlo con algo. Bebes la pinta entre risas y le pides una foto. Sales del pub y te despides, con algo de pena, de Pablo, que sigue riendo e indica con los dedos de la mano un 2-0. Le deseas suerte.

Estás ya alucinado, algo de Glasgow te empieza a atrapar. Buscas un taxi que te lleve al Celtic Park y cada supporter del mejor equipo de Escocia te desea un buen partido y te recuerda que ellos también tuvieron a Larsson. Coges a un taxista del Rangers y te pide por favor que golees al Celtic. Tú te ríes y asientes con la cabeza, pero tú corazón ya está cogiendo forma de trébol de cuatro hojas, no puedes golearles. Llegas a los alrededores de Celtic Park. El campo está apartado de la ciudad, pero cuatro o cinco tabernas cercanas están llenas y con cola en la puerta. Dentro ya se ha empezado a jugar el partido. Los cánticos se oyen desde fuera. Te giras y contemplas el estadio. No te sorprende, te decepciona un poco. Sí, es típico escocés, pero le falta algo. Un algo que, posteriormente, entiendes, ya que el encanto de este campo está dentro, en cada una de las 60.000 personas que lo forman.

Entras y vislumbras a la parroquia culé. Te compras un hot dog y subes las escaleras para llegar a la grada. Una luz especial se apodera de tus ojos. Asomas la cabeza y ya lo ves. Estás en Celtic Park y el campo está a rebosar. Te sientes en otro mundo, en otra vida. Lo contemplas durante cinco minutos sin decir nada. De golpe, te despiertas porque empieza a sonar una música, y una bandera irlandesa en forma de mosaico inmenso acapara tu vista. Empiezas a entender que este club tiene unas raíces, un origen, una historia por contar. Y entonces, empiezas a distinguir entre tanta voz unísona escocesa un letra que te pondrá la piel de gallina. Es el You’ll never walk alone y alzas tu bandera. Sois muchos cuerpos cantando, vibrando; pero solo un alma. El alma del fútbol. Te sientes del Celtic, del Barça, te sientes fútbol. Piensas que eso es vida y deseas que ese momento sea eterno.

Vives el partido en una atmósfera que nunca antes habías conocido. Te imbuyes y no quieres escapar. Al finalizar el encuentro, te apetece corear a la parroquia rival. Ellos hacen lo mismo. El fair play no es ninguna mentira en Escocia. Y también lo compruebas en la calle, cuando los supporters verdiblancos te felicitan por el gran partido disputado.

Sabes que el fútbol hasta ese día te encantaba, te enamoraba. Pero después de pisar Celtic Park descubres que no conocías ni la mitad de todo lo que esconde este deporte. Un deporte que tiene una historia y unos orígenes que nacieron en tierras de William Wallace; donde el fútbol es, simplemente, épica y misticismo.

publicado también en Debate21

6 goles:

Anónimo dijo...

Y encima el BArcelona juega un partidazo, marca tres golazos y maravilla a toda Europa. Una noche perfecta.

un abrazo.

Anónimo dijo...

Felicidades compañero, a buen seguro habrás pasado una velada estupenda. Que envidia!!!

Hay que coger esta dinamica positiva y mantenerla, que si los jugadores renquean, el entorno se encargue de animarlos, porque aun podemos hacer grandes cosas esta temporada, muchas y buenas.

Vamos Barça!

Juanjo dijo...

Una pedazo de noche de Champions... así da gusto.

Saludos

Anónimo dijo...

Amigo vivo en Venezuela y te cuento que me trasladé al estadio y me tomé la cerveza que brindó Pablo, que gran relatador eres la propia partida de un juego de rol.

Buen resultado, buen juego y buena letra. Un saludo cordial!

Anónimo dijo...

amigo gracias por pasar por mi blog, de verdad gracias. Pero ahora te pregunto ¿cual post me comentas?

jeje la cuestión es que en mi plantilla, el enlace para dejar los comentarios se encuentra justo al comenzar el post y no al final. Creo que por eso te equivocaste de post.

Un saludo amigo.

Anónimo dijo...

Hola que tal. He estado viendo tu blog y me ha gustado bastante. ¿Te parece que nos intercambiemos los links?

Un saludo de www.futbolsevilla.wordpress.com