Una aparente catarsis azulgrana

11 goles

Ayer fue una noche de catarsis para los de Rijkaard, aparentemente, claro. El Barça se liberó de los empates fuera de casa, Henry se purificó al meter su primer hat trick y Puyol, el capitán y alma matern de esta plantilla volvió a experimentar lo que es jugar al fútbol después de su mayor parón desde que llegara al primer equipo. En principio, todo a la perfección. Tanto, que hasta los azulgrana recuperaron el liderato provisional.

Pero el partido del Barça en el Ciutat de València puede ser engañoso. Los azulgrana no se despeinaron, cierto. Y que el Levante, sobre todo su renovada defensa abelina, es una banda que está más en Segunda que en Primera, también es cierto. Por eso dudo de la aparente catarsis azulgrana. Porque lo de ayer contra los granota no fue ninguna prueba de lo que serán los partidos fuera de casa. Ni rastro de dureza. Ni rastro de autocares en el área. Ni rastro de contragolpes. Pero exceso de huecos. Y si te permites darle al Barça esta fórmula, ya sea en casa o fuera de ella, acabas arrastrándote y pidiendo la hora para que no te haga un set.

Por eso digo que lo de ayer no vale para sacar conclusiones precipitadas. La prensa deportiva sensacionalista (adjetivo que podría evitar…lo es toda) calificó de vergonzoso al Barça en la primera jornada. Un mes después, ya vuelve a ser el mejor del mundo. Ni por aquel entonces era tan malo, ya que era el primer partido de Liga. Ni hoy es tan bueno, teniendo en cuenta que se enfrentó contra el equipo más débil de Primera. Para mí fue, simplemente, superar un trámite fácil, eso sí, de una forma notable.

Así que si lo de ayer fue una catarsis no lo podremos saber hasta que superemos al Stuttgart en su casa, encuentro que siempre es complicado debido a la dureza física de los equipos alemanes. Dureza que en Valencia no existió. Por ello, no me atrevo a afirmar que el Barça vio la luz ayer fuera de casa. Quizás fue una simple chispa que dio más luz de la debida.

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Leo, el del tango acelerado

9 goles


Un tango se puede bailar bien, mal o rozando la mediocridad. En el baile argentino, uno puede pisar a su pareja, dejarse llevar por ella o impregnar tal ritmo de velocidad que ella no sea capaz de seguirte ni un paso. Messi es de estos últimos.

Y es que si en un futuro cercano, el Barça contara con once messis, el renovado Camp Nou se podría construir sin asientos. ¿Para qué tenerlos, si cada vez que Leo coge el balón todo aficionado se levanta esperando que suceda algo importante e inesperado?

Lionel no es guapo, ni alto, ni habla excesivamente bien. Pero cuando toca un balón, sí es guapo, también es alto y habla el idioma del fútbol como nadie. Gambetea, es rápido, lleva la pelota pegada, no al cuero, sino a la piel como nadie y encima tiene gol. Pero, sobre todo, tiene juventud. ¿Peligroso? También. Leo puede descarrilarse, aunque visto lo visto, parece difícil que con esa disciplina rompa con la trayectoria del que puede ser el mejor futbolista de la historia.

Él sí que es la reencarnación de Maradona. Quizás la evolución. Ambos aprendieron a bailar el mismo tango, el original, el de la calle. Luego, lo adaptaron al salón y nadie es capaz todavía de comprender como le imprimen tanta velocidad. Y es que Messi, el último talento llegado de Argentina, no entiende de errores, no conoce el miedo…Porque sabe que su tango solo lo baile él, y que no hay pareja que lo siga. Porque Leo es el del tango acelerado.
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La puerta de atrás del Camp Nou

5 goles

Una pataleta de niño malcriado. Un abrigo de visón. Un ruso con petrodólares. Un presidente indeciso. Ronaldinho. Roberto de Assís. Abramovich. Laporta. Todos ellos protagonistas del penúltimo culebrón futbolístico. Y es que se empieza por un cubata, se continúa por no ir a entrenar un par de días, y se termina por borrarse la mitad de los partidos.

Ronaldinho está entre la espada y la pared. La espada, aunque él crea que es la pared, es su hermano. La pared, aunque él piense que son la espada, son el Barça y su afición. Y es el de los abrigos multimillonarios ha conseguido que Dinho crea que hay una campaña anti-él, ¿pero es eso cierto? Mentira como un templo.

Ronaldinho nunca ha sido pitado masivamente en el Camp Nou, teniendo en cuenta que lleva un año paseándose sin sudar una gota por este club que tanto le ha dado y que él tanto le ha dado. Y es que me parece que el mejor jugador del mundo no conoce a los Rivaldo, Kluivert y cía. que eran pitados cada dos domingos por una afición que les exigía, a veces, demasiado. Pero con Ronaldinho los culés tienen piedad. Quizás por esa sonrisa que contagia. Quizás porque él remontó la historia de este club. Quizás porque aún sigue siendo recuperable. Por tanto, me niego a ratificar las palabras del hermanísimo: no hay campaña anti-Ronnie; por muy duro que sea tener que oír silbidos cuando uno ha estado tocando el Parnaso.

A todo esto, Ronnie, lógico y comprensible, cree a su hermano y le escucha. Ve en cada esquina un complot contra él, exagera los pitidos del Camp Nou por cinco y piensa que en Londres podrá volver a ser el que era. ¿Pero que vas a ser tú sin el Barça?

En una punta el de los petrodólares, en otra Jan Laporta y en otra una afición que no entiende nada. Al ruso no le viene de 70 millones. Al catalán no le importaría ingresarlos. Y a la afición lo que le interesa es el compromiso. Ronaldinho sí…si se compromete. Ronaldinho no…si cree que aquí se le va a aplaudir por la ley del mínimo esfuerzo.

Tú mismo crack. En este club todavía eres el rey, pero te estás convirtiendo en vasallo. Solo tú tienes que elegir por donde lanzarás este último penalti. Londres, Barcelona, acabar con tu carrera…Una historia que me recuerda a las de siempre. Es el nunca acabar entre el Barça, sus cracks y la puerta de atrás.

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Una buena y extraña sensación

3 goles


El cincuenta aniversario del Camp Nou se pudo celebrar con broche de oro. Victoria ante un Sevilla más ultradefensivo que nunca, que dejó jugar a un Barça que le pudo endosar algún que otro gol más. Pero ahora la duda, o el “problemilla”, no radica en si el Barça ganó o perdió o en si tocó o tuvo ocasiones. Mi duda está en esa sensación extraña que me transmiten los de Rijkaard mientras se desarrolla el partido. Verán.

Tengo una buena sensación. Este Barça me transmite seguridad, a diferencia del año pasado. Veo complicadísimo que le puedan marcar goles y ganarle el centro del campo. En definitiva, los azulgranas empiezan a tener esa dureza que les será necesaria para superar a cualquier rival europeo en fase de eliminatorias. Pero también tengo una sensación extraña. Noto, siento y percibo que a este Barça le cuesta marcar. Los palos de Henry, la lesión del hombre que siempre marcaba el gol matutino, los cubatas de Ronnie, la juventud de los Bojan y Dos Santos… Pero alto, ¡está Messi! Sí, cierto, pero de una pulga no vamos a vivir cien partidos. Está en estado de gracia, pero no va a ser él el que siempre tenga que salvarnos la papeleta. Aunque creo que esta sensación extraña se me pasará cuando Henry apunte un poco mejor, Eto’o reaparezca, Ronnie deje los cubatas y los jóvenes tengan todavía más confianza, minutos y desparpajo. Aunque sí algo no se le puede achacar a la artillería azulgrana es que, por mucha pólvora mojada que tenga, este año vuelve a ser el primer defensa.
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El Barça es casero...de momento

6 goles

Triunfo plácido de los de Rijkaard frente a un Lyon que ya no es ni la mitad de lo que era hace tan solo medio año. Y es que como comenté en el anterior artículo, lo del Barça en casa será un paseo, y eso que juegan al 60%.

Pues ahora que el Camp Nou parece que va a ser de nuevo un fortín inexpugnable, donde el Barça podrá jugar cómodo y sin desgastarse; propongo que los azulgrana sigan jugando al 60% en casa para dar el 140% fuera. Más que nada, porque les cuesta tanto repartir a domicilio, que solo dando el doble podrán sacar petróleo de los difíciles campos que les tocarán asaltar durante la temporada.

Este, el del Camp Nou, es el Barça que queremos ver fuera, pero con otro nombre. En casa el Barça se llama toque, verticalidad, ocasiones de gol. Fuera, debería llamarse fuerza, contundencia, inteligencia y lectura de partidos. Es ahí, en las visitas, donde Rijkaard debe meter más mano de la cuenta. Veremos qué sucede en los próximos desplazamientos.

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El Barça no reparte a domicilio

5 goles

Un partido en casa y dos fuera han sido suficientes para constatar lo que será el Barça de la presente temporada. Brillantez en el Camp Nou. Lentitud, falta de ritmo y escaso gol fuera de él. ¿Los porqués? Bien fáciles.

Al Barça le tienen bien tomada la medida, sobre todo los equipos mediocres. Saben que aplicando a los de Rijkaard un juego a la inglesa conseguirán desesperarles, frenar la velocidad de su juego e impedir que gocen de claras ocasiones de gol. Y si a esto le añadimos el factor campo, los azulgrana están perdidos. No se encuentran cómodos en estadios de tan diminutas dimensiones, en los que cerrarse es tan fácil para el rival como para el Barça mostrar su mejor cara en casa. Es aquí donde el Barça joga bonito, principalmente porque tiene espacios y porque los rivales se cierran tan excesivamente que tocar el balón hasta tres cuartos se convierte en un juego de niños.

Solo llevamos tres jornadas y el Barça ya ha dejado escapar cuatro puntos. Unos puntos que se han perdido en su totalidad fuera de casa, razón suficiente para que el paciente holandés tome medidas tácticas a la hora de visitar al rival de turno. Quizás la panacea es apostar por un centro del campo más fuerte, ya que es en el choque donde el contrario consigue desestabilizar los partidos. Quizás mentalizarse de que esto no será fácil y que tocará sufrir y ganar de rebote si es necesario. Quizás…excusarse asegurando que lo que busca el Barça es cumplir a rajatabla aquella ley inglesa que dice qué ganando todos los partidos de casa y sumando empates fuera, uno se alza con el título de Liga. De momento, lo único seguro es que mientras juguemos en casa podemos estar tranquilos.

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Laporta, a traición

3 goles

"Al fossar de les Moreres no s'hi enterra cap traïdor, fins perdent nostres banderes serà l'urna de l'honor” (en el fossar de les Moreres no se entierra ningún traidor, hasta perdiendo nuestras banderas será la urna del honor.)

Laporta estaba peleón el 11 de Septiembre, A veces, Jan vive anclado en el pasado. En su particular día de la Diada, él era Rafael Casanova, Villar Felipe V y los franceses que no dejan que Henry vuelva antes de su selección personificaban a los galos que apoyaron al rey que implantó los decretos de Nueva Planta.

Por lo tanto, lo que tenía que ser un feliz día de celebración para el presidente azulgrana, acabó siendo una batalla con dos frentes abiertos. Primero, se exaltó culpando tanto a políticos catalanes como a federación española (léase su amigo Villar) de qué Catalunya no pueda jugar contra Estados Unidos, ya que el código recoge que las autonómicas solo deben hacerlo una vez al año. A continuación, Jan se resignó con todas las selecciones mundiales, especialmente con la francesa, por el caso Henry. Afirmó con rotundidad que era vergonzoso que los clubes tuvieran que ceder a sus internacionales…

Ahora, en este lío de selecciones, en el que Laporta no debería entrar, yo me pregunto: ¿Seguirá Jan defendiendo las selecciones catalanas o callará en pro de su colega Villar?. Y otra: ¿Cuándo Catalunya juegue…tendremos que ceder a Xavi, Puyol, Oleguer, Bojan, Valdés…?

Seguro que Laporta acaba contradiciéndose. Él, en 1714 no hubiera sido enterrado en el fossar de les Moreres. Recuerda Jan, “no s’hi enterra cap traïdor”.

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Dime de qué presumes España...

7 goles

Desde hace tiempo, ver un partido de la selección puede llegar a ser algo tétrico. No motivan nada sus encuentros, en algunas ocasiones por los rivales, y en otras muchas, bien, la gran mayoría, por el pobre nivel de juego que exhibe el combinado español. Un juego con poca entrega y fuerza, sin ilusión, en el que, a veces, no se salva ni el toque. Pero España tiene suerte, vamos, creo que siempre la ha tenido. ¿Cuántas veces ha salvado un partido en el último minuto? ¿En cuántas ocasiones se ha clasificado mediante la repesca y por un pelo sin jugar un gran fútbol? ¿Que tenemos mala suerte en los cuartos de final? Quizás sí, pero es que a lo mejor no merecíamos, muchas veces, ni llegar tan lejos.

Soy de la opinión de que en lo que respecta a calidad futbolística estamos en frente de una de las mejores selecciones del planeta. Pero a España le falta aquello de que tanto presume: entrega, casta, pundonor, fe, coraje…¡furia! Algo que no se ve desde tiempos de Clemente o desde los Valerones y Raúles de Corea. Por aquel entonces la selección podía jugar mejor o peor, pero enganchaba. Había un grupo unido que afrontaba los partidos como si fuera el último, con valentía, sabiendo que vestía la camiseta de una selección que es, o debería de ser, top ten mundial.

Lo del otro día con Islandia fue un fiel reflejo de que el nivel de juego está muy lejos del ofrecido, por ejemplo, y para recordar el precedente más cercano, en la primera fase del Mundial de Alemania; y que España es a día de hoy una selección de pachanga, en la que once compañeros se reúnen de tanto en cuando para jugar un partidillo. Aunque, de momento la suerte, que no el coraje ni el pundonor, nos está salvando de un posible fracaso. Seguramente ahora muchos me dirían que la clave es la vuelta de Raúl, uno de los pocos jugadores que sabe transmitir esa receta de emociones al equipo…Pero es que al Señor de los anillos le empieza a faltar y mucho la otra cara de la moneda: la calidad. Una calidad que haberla la hay, pero que solo con la ilusión podrá salir a flote. Y es que ya sabemos de qué careces España, todos lo saben, porque en cada partido nos dices de lo que presumes, aunque luego no lo muestres.

Una especie en extinción

10 goles


Ya quedan pocos, poquísimos, y los que quedan están en el ostracismo. Riquelme y Valerón representan, seguramente, la última generación del “clásico 10”, como comentaba Valderrama, el colombiana que fue "agredido" levemente por Míchel en la entrepierna.

Pisar, parar, ralentizar, pensar más rápido con la cabeza que con los pies…estas son las características del enganche. De ese jugador que está desapareciendo. Del fútbol fácil y plástico a la vez. Ver tocar el balón a Román o a Juan Carlos es algo que te libera los sentidos, te calma, te hace flotar…su lentitud, su pausa, su espera provocan en el espectador que siga con mirada fija ese balón enganchado a la bota, que en un momento u otro saldrá golpeado hacia la mejor opción, pero la menos inesperada.

Es una pena. El fútbol físico, de choque, está terminando con el verdadero mediapunta. Ya no existen los espacios, ya no existe el “clásico 10”. Riquelme y Valerón están siendo apartados, uno por su supuesta indisciplina, el otro porque las lesiones no le respetan. Son el mismo perfil, el mismo carácter…poco mediáticos, con semblante triste…son como su fútbol: apagado, con poco ritmo; pero es el verdadero fútbol. Ahora ya en peligro de extinción. Son los últimos ejemplares que tenemos, déjennoslos disfrutar.

El Barça se reencuentra

8 goles

Dejando polémicas arbitrales a un lado, el Barça volvió a revivir ayer flashes, instantes y hasta momentos de aquel equipo que maravilló a Europa hace dos temporadas. Y aunque todavía falta pulir, y mucho, los azulgrana volvieron a jugar al primer toque, sin posición pero ordenados en la línea de tres cuartos y con profundidad.

Destacaron Touré y Abidal en un Barça en el que Deco, en sintonía con el equipo, también volvió a renacer y lideró el centro del campo. Henry, todavía lejos de su mejor forma, volvió a rozar el gol, pero el palo se lo impidió. Además, el francés cada jornada que pasa desacredita más a esas voces que susurran que Tití no sabe jugar acompañado arriba. Lógicamente, juega y muy bien cuando lo hace solo, lo que le permite destacar mucho más. Pero el Barça, señores, es un equipo en el que ningún jugador debe estar por encima de otro. Por lo tanto, me parece que Henry está por el buen camino, un camino en el que mientras se adapta nos va dejando perlas. Juega como un ángel, cuando recibe el balón todo se para un instante. Lo dicho, perlas del fútbol.

Y a 400 km. de Barcelona, otra bestia renació lanzándole cinco mísiles a un submarino amarillo que no tenía escudo de protección. El Madrid de Schuster fue letal a la contra y no le dio opción al Villarreal. Parece entonces que los vikingos vuelven a salir a flote de ese mal juego en el que se instauraron con Capello. Aunque este equipo no debe confiarse en exceso, ya que un partido como el de ayer no será el pan de cada día para los blancos, ni mucho menos. En todo caso, les sigue faltando un creador…Las facilidades que encontraron en El Madrigal no deben servir de precedente.

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Llora Nervión

3 goles

En un año y cuatro meses hizo llorar por dos veces a la afición sevillista. La primera, de alegría. La segunda, de inmensa tristeza. Antonio Puerta fue demasiado joven para marcar el gol que fue bautizado como aquel que cambió la vida del Sevilla; pero todavía ha sido más joven para fallecer.

Con su tanto a finales de abril de 2006 al Schalke en semifinales de la UEFA, “La zurda de diamante” abrió, casi sin quererlo, el período de mayores éxitos deportivos de la entidad rojiblanca. Provocó los primeros llantos de alegría en Nervión con esa espectacular volea que significaba el billete a la final de Eindhoven. Unas lágrimas que hoy no cesan, pero por motivos bien distintos. El infortunio ha querido que la vida de Puerta se fuera apagando sobre el mismo césped en el que él, un año y cuatro meses antes, había encendido la llama del éxito sevillista.

Pero el destino se ha querido cebar aún más con este joven de Nervión, ya que iba a ser padre en poco más de un mes. Su hijo se iba a llamar Aitor, pero la desgracia ha querido que se llame Antonio.

Al pequeño le contarán que su padre golpeó un balón caído del cielo para iniciar una etapa gloriosa en el Sánchez Pizjuán. También le relatarán cómo su padre levantó cinco títulos. Y que un día vistió con orgullo la camiseta de la selección. Pero lo más grande que le podrán contar a Antonio, lo que más le enorgullecerá, es que su padre fue la causa de que béticos y sevillistas se abrazaran llorando. Este gesto demuestra lo grande que era Puerta, por eso sigue llorando Nervión. Descansa en paz, crack.